La historia de David y Mefiboset nos muestra a un hombre agobiado e indefenso sin futuro que entabla un pacto con el rey. Muestra a un huérfano marginado que encuentra una familia, un futuro y un hogar. Pinta una hermosa imagen del evangelio.
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La historia de David y Mefiboset nos muestra a un hombre agobiado e indefenso sin futuro que entabla un pacto con el rey. Muestra a un huérfano marginado que encuentra una familia, un futuro y un hogar. Pinta una hermosa imagen del evangelio.
Aprendiendo de David
¿Dios me ama de verdad?
Sí, somos invitados al pacto (2 Samuel 9:1-4)
Sí, sigámosle con fe (2 Samuel 9:5-8)
Sí, como hijos adoptados tenemos una nueva identidad (2 Samuel 9:9-13)
Mirando a través de David
Todos somos Mefiboset. Estamos indefensos y sin esperanza, carentes de un Rey misericordioso, que nos ame y haga un pacto con nosotros. Gracias a Dios, el Mejor David ha llegado, y debido a la obra terminada de Cristo en la cruz, Su resurrección y Su ascensión, ahora podemos estar ante Él redimidos. Él nos adopta como sus propios hijos e hijas. Somos hijos del Rey Eterno. Todo lo demás en esta vida se desvanecerá. Todo el dolor, la tristeza, el pecado, el dinero, el poder y el prestigio no serán más. Todo lo que quedará es nuestra vida en Cristo, y juntos estaremos en Su presencia y en Su lugar como una familia para siempre.