Resumen
1 Samuel 24 nos muestra la respuesta de David a Saúl, quien estaba tratando de matarlo. Aunque David recibió la promesa de Dios de ser rey, David no se apoderó del reino, sino que esperó y confió en el momento perfecto de Dios. David, sin embargo, pecaría de varias maneras, señalando a la necesidad de un David mayor para establecer el reino de Dios. Afortunadamente, Cristo no vino a arrebatar el reino, sino dando su vida para que podamos convertirnos en los hijos e hijas de Dios confiando en él.
Puntos Importantes
Aprendiendo de David
Demostrar confianza en acción. Entregar, no vengar (1 Samuel 24:1-7).
Demostrar confianza en palabra. Humildad, no hostilidad (1 Samuel 24:8-15).
Demostrar confianza desde el corazón. Convicción, no por control (1 Samuel 24:12).
Mirando a través de David
Cristo es el mejor David que no arrebató el reino (Mateo 4:1-11; Juan 18:36), sino que actuó con rectitud, no pecó, vivió la vida que nosotros no podíamos vivir, murió la muerte que merecíamos morir, y fue resucitado de entre los muertos para que podamos entrar en su reino poniendo nuestra fe en él. Esta es la buena noticia del evangelio porque cada uno de nosotros ha agraviado a Dios. Sin embargo, podemos ser perdonados de nuestros pecados y convertirnos en hijos e hijas de Dios confiando en Cristo, el mejor David.
Aplicación
- Cuando tomamos la justicia en nuestras propias manos, ¿qué revela sobre nuestra confianza en Dios?
- ¿Cómo puedes aplicar el consejo de Dios a una situación difícil en tu vida?
- ¿Hay algún área de tu vida en la que necesites confiar en el Señor y en su tiempo?
- ¿Cómo se confió Jesús a Aquel que juzga justamente (léase 1 Pedro 2:21-25)?
- ¿Puedes pensar en pasajes del Nuevo Testamento que muestran a Cristo como el mejor David y el verdadero y mejor Rey que no arrebató el reino, sino que más bien renunció a su vida perfecta para traernos a su reino?