Como creyentes, a menudo nos enfocamos en la cruz como símbolo de nuestra salvación. Pero la buena noticia no es solo que Jesús murió, sino que resucitó. En este mensaje de Pascua, Oscar Castillo nos explica tres verdades que la tumba vacía nos debería recordar.
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La cruz por sí misma no es el evangelio. La buena noticia no es solo que Jesús murió por nuestros pecados, sino que luego resucitó (1 Corintios 15:3-4). La tumba vacía tiene muchas implicaciones para nuestras vidas:
1. Desde la tumba vacía de Cristo, Dios nos da Su Perdón
Cada persona que ha vivido alguna vez ha pecado, y el pecado nos separa de Dios y de Su santidad (Romanos 3:23).
La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Esta deuda será pagados por nosotros, en el infierno, o por Cristo.
Jesús murió en la cruz para pagar el castigo por todos nuestros pecados (Colosenses 2:13-14).
Jesús resucitó para nuestra justificación (Romanos 4:25). Justificación significa estar bien con Dios. Podemos estar en Su presencia.
Al salir de la tumba, Jesús mostró que la ira de Dios contra el pecado fue satisfecha.
2. Desde la tumba vacía de Cristo, Dios nos da Su Presencia
Después de resucitar de entre los muertos, Jesús dijo: “He aquí, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Esa promesa es para todos los creyentes, porque los mismos discípulos no vivieron hasta el fin de la era.
Debido a que Jesús está con nosotros, no tenemos que depender de nuestras propias fuerzas ni tratar de seguir reglas sin una relación personal. Cuando caminamos con Dios, no satisfacemos los deseos de la carne (Gálatas 5:16).
Dios no solo nos salva; Él nos mantiene seguros con Su Espíritu que habita dentro de nosotros (Efesios 1:13-14).
Dios estará contigo donde estés, sin importar dónde estés, hasta que estés donde Él está. En la presencia de Dios, nunca morirás (Juan 11:25-26).
3. Desde la tumba vacía de Cristo, Dios nos da Su Perspectiva
Debido a la resurrección, toda nuestra perspectiva de la vida debe cambiar. Ya no vivimos para nosotros mismos; vivimos para Cristo (Gálatas 2:20).
Gracias a la resurrección, ya no somos esclavos del pecado ni de la muerte. Ya no tenemos que temer a la muerte (Hebreos 2:14-15).
Los discípulos pasaron de temerosos a valientes porque vieron a un Salvador resucitado. La resurrección cambió todo acerca de ellos.
Gracias a Cristo, tenemos vida eterna (Juan 3:16).
¿Crees que Dios te ha perdonado por completo o sientes que todavía tienes que hacer algo para ganarte su aprobación? ¿Estás confiando en Jesús para la salvación, o estás confiando en tus propios esfuerzos?
¿Cómo puedes recordarte que la presencia continua de Dios en tu vida?
¿Para qué estas viviendo? A la luz de la resurrección, ¿cómo deberías vivir tu vida?