4 Principios que definen a la mamá ejemplar:
1. Exprese su fe
La mayoría de las cosas son mejor captadas que enseñadas. Usted no puede transmitir aquello que no posee
Por eso expresar su fe a sus hijos es bien importante para una madre.
Ana era una mujer de Adoración (1 Samuel 1:7)
Ana era una mujer de Oración (1 Samuel 1:10)
Cuando Ana necesitaba que se acordaran de ella, señalaban a su vida de oración como la cuestión más memorable. (1 Samuel 1:26)
Ana era una mujer Espiritual (1 Samuel 1:28)
Ana miró su papel, su rol como madre, no solamente como alguien que satisface las necesidades físicas de un niño, sino que era su mentor espiritual.
Jamás deberías dejar la fe de tus hijos a la casualidad.
Una de las responsabilidades bíblicas de una madre es transferirles su fe a sus hijos.
2. Entienda que los hijos son del Señor (1 Samuel 1:11)
Si todo mundo reconociera que los niños son hijos de Dios.
No existiera el abuso infantil. ¿Quién en su sano juicio abusaría a un hijo de Dios?
No existiera el abandono. ¿Quién abandonaría a un hijo de Dios?
No existieran padres irresponsables. ¿Quién se negaría a proveer para un hijo de Dios?
3. Entienda que la maternidad es importante (1 Samuel 1:20-23)
Ana puso la maternidad sobre ofrecer sacrificios.
Ana puso su vida en espera para cuidad de su hijo.
Ana sabía el valor de los primeros años de un niño.
Los bebés nacen como seres humanos inadaptados.
Los bebés aprenden a ser personas.
Los bebés aprender a ser personas a un ritmo acelerado.
Los bebés son fráfiles.
4. Entienda que debemos soltarlos (1 Samuel 1:24-28)
* *Ana tenía la habilidad de dejar ir. *
La paternidad se trata de dejar ir.
De lanzar a sus hijos al mundo y permitirles que fracasen o que tengan éxito.
Dejar ir no significa cortar la relación con su hijo sino reconocer que yo no controlo a otro ser humano.
Dejar ir significa que usted permite que sus hijos aprendan de las decisiones que toman.
Dejar ir significa admitir mi impotencia, y que los resultados no dependen de mí.
Dejar ir no significa que no me interese, sino porque me interesa.
Dejar ir no significa no arreglar sino apoyar.
Dejar ir no es ser sobre protector sino permitirle a otro enfrentar la realidad.
Dejar ir no es remorder el pasado, sino crecer y vivir para el futuro
Dejar ir es temer menos y amar más.
