Resumen
Al comenzar un nuevo año, muchos hacen propósitos y rápidamente los rompen porque les falta fuerza de voluntad. Esto es muy similar en nuestra lucha con el pecado. La fuerza de voluntad no es mayor que el poder del pecado, pero el poder de Dios es mayor que el poder del pecado. Entonces, no necesitamos una resolución de año nuevo, necesitamos una transformación de año nuevo. Necesitamos ser transformados por Cristo a través de Su poder todos los días. De hecho, hay tres formas en que somos transformados por Cristo.
1. Somos transformados por la muerte y resurrección de Cristo (Romanos 12:1)
También somos santificados por la muerte y resurrección de Cristo: somos transformados cuando nacemos de nuevo, y Él continúa transformándonos a medida que somos santificados.
Nuestro viejo yo también ha sido crucificado con Cristo (Gálatas 2:20).
2. Somos transformados por la renovación diaria de Cristo (Romanos 12:2)
La renovación diaria es una cuestión de “por” y no de “intentar”: debemos ser transformados por Cristo. No podemos intentar nuestro camino hacia la renovación.
Podemos ser renovados diariamente si estamos llenos del Espíritu, leyendo y aplicando la Palabra de Dios, orando en todo momento (Efesios 6:18) y viviendo en auténtica comunidad con otros creyentes (Hebreos 3:13).
3. Somos transformados por la voluntad declarada de Cristo (Romanos 12:2)
La voluntad de Dios es la Palabra de Dios. No es suficiente solo pensarlo o saberlo, ¡tenemos que vivirlo!
Toda la Escritura viene de Dios (2 Timoteo 3:16) y nos prepara para toda buena obra (Hebreos 13:21).
Aplicación
¿Hiciste una resolución de año nuevo? Si es así, ¿cuál fue? ¿Por qué hiciste/no hiciste uno?
¿Qué fuentes o fuerzas te están moldeando a este mundo?
¿De qué manera estás tratando de renovarte en lugar de permitir que el Espíritu te transforme?
Hoy, emplee la ecuación para la transformación diaria a través de Cristo (PCT):
Pide - Pídele a Dios el poder de mantenerte libre de tu pecado durante las próximas 24 horas. En una postura de humildad, arodillate y pídele a Él. Invítalo a tu batalla.
Comprometerse - Dile a otro hermano o hermana en Cristo que durante las próximas 24 horas te comprometes por el poder de cristo a no caer en ese pecado.
Texto - Envía un mensaje de texto el próximo día. Cuando seas tentado, te acordarás del compromiso que tienes con tu hermano. Invita a tu hermano o hermana a tu batalla.